El movimiento de los Cataros fue una chispa de amor en una
época oscurantista. Durante 3 siglos, del IX al XII, en las Tierras del Pirineo
Occitano fue un intento de renovación espiritual, pero fueron masacrados por
los intereses de poder político y religioso. Su mensaje de esperanza continua
vivo y en este dialogo es transmitido de forma certera por un grupo de Cataros
desde los planos espirituales.
