Por muchos es conocido el poder de los minerales y piedras
sagradas, aplicadas a la sanación física y al reequilibrio energéticos de los
seres vivos y del propio planeta. Arel, una sanadora indígena del continente
Sudamericano en los tiempos precolombinos, nos da su testimonio y nos explica como
todos los seres están vivos e interconectados, todos formamos parte de un todo.
La labor del sanador es reencontrar la forma de equilibrar y potenciar fuerzas
y energías, así como invocar la presencia de fuerzas y seres universales y
espirituales.
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