El ser humano puede creer erróneamente que está solo y desamparado en el mundo, pero eso solo es un espejismo del ego. Su alma sabe que estamos vinculados a la propia Divinidad, a Dios, sea cual sea el nombre que le demos. Nuestro Ser existe en el anhelo de la comunión con la voluntad de Dios. La oración es la forma en que buscamos y encontramos esa unión, que siempre ha existido. Sentimos la voluntad y el gozo de Dios en nosotros a través de la oración, transcendiendo toda limitación y cura todo sufrimiento.
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